Susto o muerte
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Un sentimiento que atenta contra la racionalidad humana. Nadie lo quiere, pero aparece. Aparece en el momento menos esperado. No respeta tiempos, situaciones, ni siquiera realidades. Su conexión profunda con la ansiedad lo convierte en enemigo sin proponérselo. Desde el minuto uno en que estás siendo concebido te ves rodeado por un ambiente de dudas, de búsqueda de respuestas. Tu primer compañero de vida: el miedo.
La presencia del miedo es una sensación inherente a nuestra racionalidad. Una racionalidad que nos traiciona y nos lo hace ver todo de un color nefasto, casi fúnebre. Aterra el hecho de pensar que el miedo pueda paralizar la mente. Ganarle el pulso al miedo no es una propuesta, es una necesidad.
El miedo a la muerte y a otras muchas circunstancias nos aleja de la vida. Es indispensable catalizar el movimiento que nos empuja hacia el abismo. Es imperativo aprovechar esa fuerza destructora para alejarnos de ese abismo. Adaptarse a sus reglas conlleva un trabajo mental arduo pero imprescindible para adaptarnos al medio hostil que se nos presenta. Yo elijo un poco de susto.